En Sueño Profético decían:
El que cree Aquí, te busca a ti como Portavoz
del Cielo. El que cree Aquí, no puede guardarte secretos. El que cree Aquí,
pide y espera consejo. Y ya, al que cree y ama, le vas transmitiendo lo que
Aquí te mandan. Y siente alegría con fuerza y, en el interior, esperanza de
aquello que a Dios pide y desea que sea pronto concedido. Con Amor a Dios pasas
los días con alegría en tu interior, y esta alegría abre la puerta y la pregona
en tu materia.
Dijo uno:
Si tu espíritu está contento, es que a Dios
Lo llevas dentro. Yo esto lo notaba cuando veía las caras de odio o de rebeldía,
y esto no era por no tener lo necesario del día. Había quien tenía más que yo,
y la Paz y la alegría nunca tenía, y cuando sufrimiento le llegaba, no le
dieras los buenos días, porque no te contestaba. Su mirada era al Cielo, pero
no para adorar a Dios, que lo estaba viendo antes de que su mirada pusiera para
ofenderlo. Porque pedir a Dios porqués o cuentas, es dudar de su Poder y no
creer en su Presencia.
Desperté, oí:
Decían en la Gloria,
que el espíritu arrobado,
en el cuerpo,
era Portavoz de Dios.
Que la alegría del espíritu
transforma el cuerpo
y hacía ver
lo que tú estabas pidiendo.
Que el que creía,
buscaba por saber;
y el que amaba,
formaba archivo
en la persona que Dios le hablaba.
Este contacto de Amor Divino,
al que ama a Dios,
le es transmitido.
Y vive triste, el día
que su Presencia no ha visto.
Porque sabe que a todo
le quita importancia,
para que esté con Dios tu espíritu.
Pues si esto así lo crees,
coge al Portavoz de archivo.
Que consejo que él te dé,
mejor, de nadie puedes oírlo.
El siempre te aconsejará
lo que hace o lo que hizo.
***
Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C6
No hay comentarios:
Publicar un comentario