En Sueño Profético decían:
Ya dejaste
atrás el no del hombre. Dios manda su Palabra y hace camino donde no había
camino, porque donde lo había lo cierra el hombre para encarcelar su Palabra. Y
no sabe que él mismo se incomunica, se echa condena y se pone en contra de
Dios, dueño de estos Escritos que pasan a Libros para el mundo entero.
Dijo el que
tenía el Mando de Dios:
Dios siempre
gana, y el que a Él se acerca nunca pierde, siempre se lleva ganancias. Lo que
tienes que hacer es llevar siempre la Fe de compañera.
Dijo otro
espíritu, pero sólo el mismo Mando:
Una tarde, ya
entrándose la noche, iban dos de los Discípulos de Jesús y con ellos otros dos
que conocían a los Discípulos y muchos días se emparejaban con ellos y en
varios sitios los conocieron por los Discípulos. Pues vieron un corro de gente
y el que estaba en medio no se veía. Uno de los caminantes dijo:
—Da resplandor la Cabeza del Maestro, porque
yo veo sus rayos.
Miraron todos sin detener el paso y ninguno lo
veía.
Cuando
llegaron dijo el Maestro:
—Ya
estarás tranquilo, así querías ver el Perdón. Antes de que pronunciara mi
lengua, Me avisaba el Poder de mi Padre en Mí y Yo, el mismo Dios, te
perdonaba. ¿A que eso es lo que pedías a mi Padre?
Quiso
abrazarle la Túnica y entonces fue cuando otros vieron los resplandores. Y sólo
se oía:
—Maestro, vemos lo que él ha visto.
Desperté, oí:
Este grande
pecador se acercaba a los Discípulos.
Primero
llevaba miedo y luego amistad tomó.
Tenía Fe en
que un día conocería al Maestro.
Y a Dios del
Cielo le pedía:
“Si me puede perdonar
que lo
conozca algún día.
Pero si no me perdona,
que lo conozca de lejos,
aunque no vea señales
que digan soy
el Maestro.
Quiero seguir su distancia
para nunca ya perderlo
aunque los
ojos cerrara”.
Él se acercaba de lejos
y Dios le dio
su ganancia.
Pedía el Perdón al Cielo
y en la
Tierra Lo buscaba.
***
Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C4
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