En Sueño Profético decían:
Enseña más la acción que las palabras. La
acción ya hace que se digan las palabras. Esto, en las cosas de Dios. Las cosas
del hombre admiten engaño. Las cosas de Dios rechazan el engaño.
Dijo uno:
Hace más daño utilizar la Palabra de Dios sin
sentirla, que no nombrar a Dios y hacer la vida de incrédulo. Éste, el solo se declara
y el que quiere lo sigue, y el que no, le da la espalda. Pero el fariseo y el
hipócrita, éstos utilizan el nombre de Dios para ponerse honores y vivir
explotando la Palabrada Dios y, con su maldad, ensuciando el Evangelio.
Desperté, oí:
Cuando actúa Dios,
la acción hace callarte.
Pensad: si Dios no actuara,
esta repuesta no daría.
La paciencia siempre sobra,
y la que sobra
espera otro momento
que paciencia falta hiciera.
A todo se le da paso
para mantener la Paz
y que a Dios no llegue enfado.
Es cierto que la acción
enseña más que las palabras.
Si te ven acudir al Prójimo
y levantar al caído,
el que te vea,
ya le pone las palabras
que Aquí dictan:
¡Qué ejemplo de obediencia
y de Amor a Dios va dando,
que aunque no diga las palabras,
se ve que es cristiano!
Jesús dijo a sus Discípulos:
“El
que os siga, diga mi Nombre cuando vea las obras de caridad que con Amor vais
haciendo”.
***
Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - Cierre de Libro
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