domingo, 26 de marzo de 2023

Dios me hace sentir lo que yo tengo que decir

En Sueño Profético decían:

Para tu tranquilidad piensa que tu acción y tus pensamientos, de Dios van, pero pon la palabra “todos”, porque Dios no puede elegir para que el Elegido vaya dando consejos y palabras que de Dios vayan retirando.

Dijo un espíritu de Dios:

Con el Poder que Dios le da a este Elegido, tantos años, sin faltar en el sueño el arrobo, era para que pensaran lo que Esto conocen: “Yo no muevo un pie sin consultar a este Elegido, ya que yo también soy premiado como fueron los Discípulos que con Dios Hijo vivieron”. Si esto pensaran, verían en el Elegido que él no hablaba, que el que hablaba era el mismo Dios, que su Presencia está con Cuerpo en la Gloria, como cuando bajó a la Tierra a enseñar al hombre para que no perdiera la Vida Eterna. Si aquí no actuara Dios, no verían los milagros que están viendo.

Los que están unidos al Elegido, sin este Mando de Dios no podrían vivir, porque la Tierra, las alegráis que da, sin Dios, son pluma en vendaval. Las alegrías de Dios, cada día, te alegran más.

Desperté, oí:

Di Dios no te diera Mando con Enseñanza, tus palabras no servirían para dar consejo con esta Enseñanza.

El vivir del Elegido es sufrir por ser poco creído.

Pero el Poder de Dios le hace pensar con fuerza, y tiene que decir: “Eso no está bien, porque Dios me hace sentir lo que yo tengo que decir”.

Tu presencia, que en la calle no falte, porque hace que hablen de esta Grandeza, que con ninguna, hoy, puede compararse.

Y por ser única, no saben como el sufrir agrandarte, para que quede con enfermedad, que esto es lo que quisieran los espíritus del mal.

Dios no deja que Esto quede en vía muerta, por ser el Dueño de todo lo que ven los ojos y del suelo que pisan los pies.

A lo poco que duermes y al poder escribir con la mano dormida, llámale milagro.

Que esto nadie lo puede valorar mejor que aquel que le está pasando.          

¡Mano dormida! ¡Cuerpo, pocas horas durmiendo!

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Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C7

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