Dios no deja al que su vida a Él le entrega

En Sueño Profético decían:

Dice mal del que dice que cree en Dios y tienen que ir detrás de él para que acuda al Lugar que Dios da sus Palabras y manda que queden escritas para que al leerlas vean que no son del hombre, que son dichas por Dios. Unas veces se oye su Voz y ves su Cuerpo. Y otras veces es su Mando el que actúa en un espíritu de su Gloria, pero es Dios.

Si crees y no acudes al Lugar, te falta Amor y no hay temor. Que el temor te hace buscar y pedir Perdón, y ya sientes Amor. Este sentir hace que te ofrezcas a, en lo que puedas, servir a Dios.

Dijo uno:

Sufre el Elegido de ver que el que puede se guarda el poder. Que si lo pensaran, verían que el poder lo tienen una corta temporada. Que esto es no vivir Amor, como vive el que Dios manda, que arrolla sufrimientos, pero las Palabras dichas por Dios en ella no tienen descanso.

Desperté, oí:

Dios no deja al que su vida a Él le entrega.

El que quiere servir a Dios lo va diciendo cuando levanta al caído y sin juzgar le da el perdón.

Decían en la Gloria que ya Esto no tenía parada.

Por ser todo Mensaje que la Gloria manda.

Que el escándalo llegue a larga distancia, que allí esperan para dar las gracias.

Gracias para que nombren a Dios, porque Dios no tiene distancias.

Y el que ama a Dios, tampoco las tiene, porque el Amor a Dios lo siente.

La distancia es para el cuerpo, para el espíritu no.

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Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C1