lunes, 27 de marzo de 2023

La Paz, el que la viva, a nada le da importancia

En Sueño Profético hablaban de la Paz. Decían que la Paz te acortaba los días o te los alargaba. Te los alargaba cuando llegaban días tristes, días de cizaña, días que nada llega bien, todo tiene falta. Estos días, con la Paz de Dios, no tienen importancia. Los días que todo llega bien, la Paz te los alarga y disfrutas de ver lo que dura esa alegría que tú no esperabas.

Dijo uno:

La Paz, el que la viva,

a nada le da importancia,

y algo lleva por dentro

que sale a su cara

por mucho que oiga

y le quite importancia.

Yo hablo de esto

porque en mi familia había uno

que la gente lo buscaba.

Todo le llegaba bien,

porque Dios con él estaba.

Decía:

Los días que lleguen mal,

hacedlos más cortos,

y pronto pasará la tempestad.

Los días que sean buenos,

detenedlos

y que sirvan para enseñar.

Desperté, oí:

¡Qué cierto que hay días

que todo te llega mal y tarde!

Pero si reciben con Paz de Dios

lo que lleva el día,

tú le das contestación.

Y el que te sigue, ve claro

que aquí te está mandando

el Poder de Dios.

Yo aprendí mucho de él,

y ya, los días,

todos me llegaban bien.

A Dios llevaba por dentro,

y por fuera

me lo tenían que ver.

Donde no hay Paz,

no puede estar Dios.

Dios dejó dicho:

Mi Paz os dejo,

mi Paz os doy”.

Si sus Palabras desprecias,

tú no vives su Presencia.

Puede que te falte Paz

cuando veas que a Dios

Lo van a insultar.

Y llegando estos momentos, dices:

“Señor, dame tu consejo,

que no sé si podré

aguantar estos desprecios”.

***

Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - C8

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