En
Sueño Profético decían:
El
Amor a Dios no necesita palabras, lo va diciendo la acción que pertenece a cada
palabra.
Dijo
un espíritu que sigue este Mando:
El
Amor a Dios lo ve el que también él está amando. Y es que este Amor te hace que
pienses: “Id al Prójimo, que allí estoy Yo”.
Quien
crea en estas Palabras, valorará más la vida del Elegido.
El
Elegido quiere que todos este Amor sientan, y que vean y piensen el bien que va
dejando.
El
Elegido tiene justificantes de la Paz y el Amor que ha ido repartiendo.
Desperté,
oí:
Hablaban
de las muchas maneras de vivir para consolar los sufrimientos y la enfermedad
de la carne.
Aquí
no hacen falta palabras para que vean que a Dios amas.
El
Amor de Dios desprecia la libertad que da el hombre.
Decían
en la Gloria, que el Amor de Dios, sin letras, va escribiendo con la acción.
***
Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C3
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