En Sueño Profético decían:
Esta grandeza de Dios dicha, en la Gloria, por Dios
Padre y por Dios Hijo se está cundiendo con los Libros y con las cintas de los
Mensajes por sitios cercanos y lejanos. Porque los Libros se ve que no son
mando del hombre, que es Mando de Dios. Aquí dicen que publicando muchos Libros
y cintas tienen que venir a conocer al Elegido, aunque conociendo los Libros y
las cintas ya conocen al Elegido.
Esto, a más se cunda, más se cree y se ama a Dios. Y
el que lo cunde tiene grande premio de Dios.
Repiten varias veces que Esto está en el camino de la
grande verdad, dicha por Dios. Pues, aunque es dicha por Dios, Dios ha mandado
que hagan prólogos de grandes seglares y de grandes de la Iglesia. Que esto no
hace falta para el que Dios elige por ser todo dicho por Dios con Mando para
que se publique.
Decían que a Esto, que es la Palabra de Dios dicha en
la Gloria, no le va que justifiquen que es verdad los de grandes cargos.
Dijo otro espíritu de la Gloria:
Para Dios no le hace falta que pongan prólogos de
grandes carreras porque Dios sabe la verdad. Pero para la Tierra hace falta lo
que ya se tiene. Los Libros con los grandes prólogos deberían estar ya en todos
los sitios, cundiendo la cantidad que hay hechos y más que hay preparados para
presentarlos.
Desperté, oí:
A Dios no le hace falta que pongan letrero en los
prólogos de los Libros diciendo que Esto es verdad. Estos prólogos son para el
que cree poco.
Para Dios justifica más el prólogo que los Libros,
porque el prólogo es que el que lo pone va publicando esta Grandeza.
Si no ve la verdad no pone los Mensajes para que los
lleven y ya, todo el que los lea, ve que Esto no es de la Tierra.
Que pronto estén publicados más. Que esto hace pensar
a dos pensamientos: Uno con grande alegría diciendo: “Esto es la Palabra de
Dios”. Y el que los lea y los coja con sus manos pone su mirada al Cielo
diciendo: “Señor, dame fuerzas para estar en todos los momentos hablando y
cundiendo, por todos los sitios, los Libros y las cintas con los Mensajes en
canción”.
Se ha dicho el pensar del que cree y a Dios ama.
El otro es un pensar sabiendo que Esto es verdad pero
con falta de Amor a Dios y queriendo que no hicieran más Libros.
De momento se vio, en su despacho, a la carne que Dios
me unió copiando los Mensajes como cuando vivía su cuerpo. Estaba un poco
triste y dijo:
- Ana
cuídate, cuídate, que tu cuerpo le hace falta a tu espíritu.
***
Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII
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