lunes, 4 de septiembre de 2023

Sintiendo grande Amor de Dios, puede Dios dar grande premio


En Sueño Profético se oían estas palabras:

“Es para compadecer al que no oiga estas Palabras, dichas por Dios, queriendo al Elegido. Porque ve que son retirados para que no disfruten de esta Grandeza de Dios”.

Estas palabras las están diciendo en la Gloria, y más que no han dictado, porque ya hablan del Amor de Dios cuando tú lo sientes en la alegría o en el dolor, dolor no del cuerpo.

Ya dijo un espíritu que cuando tenía cuerpo conoció a los Discípulos de Dios Hijo, Maestro, como Él quería que Le llamaran:

Yo y mi mujer queríamos a Dios del Cielo, pero cuando conocimos a sus Discípulos y nos hablaban de Dios, Maestro, como Él quería que Le llamaran, ya nuestro Amor cambió tanto que nos paraban y nos preguntaban diciendo: “Al Maestro que va con los que sienta a su Mesa, ¿a Éste es al que más queréis?”.

Yo contestaba con fuerza, pero mi mujer doblaba la fuerza diciendo: “Mis dos hijos y su padre, que es mi marido, paso sin ellos antes que no sentir el Amor tan grande que yo siento cuando oigo hablar a Santiago o a otro Discípulo de Dios Hombre”.

Todas las horas que teníamos libres, nos íbamos a buscar al Maestro.

Un día, estando gente esperando al Maestro, estábamos mi mujer, yo y mis dos hijos. Fue llegar cerca de mí y me dijo estas palabras:

“Sé que os ha traído a mi Presencia el Amor tan grande que tenéis escondido por temor a familia y amigos. Desde este momento decid que uno de vuestros hijos se viene con mis Discípulos”.

Éste, que tenía doce años, se puso tan contento que dijo: “Padre, si estoy con los Discípulos de Dios y no vengo a casa, tú y madre no os enfadéis, porque yo quiero al Maestro, como Le dicen sus Discípulos”.

Pero mi hijo ha doblado el querer que yo tenía, sin decirlo, dentro de mi cuerpo.

Desperté, oí:

Todo el Mensaje era hablando del Amor de Dios, que cuando lo sientes quieres que todo el que te oiga lo sienta y no lo calle.

Los dos que seguían a los Discípulos eran padres del que el Maestro se llevó de Discípulo, aunque era niño todavía con doce años.

Pero fue el premio más grande que los padres recibieron, para que lo vieran familia y  amigos que no creían que era Dios, Hijo de Dios Padre.

El Maestro sabía el interior del que Lo seguía, creyendo y amando.

A éstos los premiaba llamándolos y haciendo lo que hizo con el hijo que, con la poca edad que tenía, cuando oía hablar del Maestro dejaba todo y se iba con ellos.

Termina el Mensaje diciendo que sintiendo grande Amor de Dios, puede Dios dar grande premio a los que más quiere el Elegido.

Que son los que más quiere y los que están aquí unidos haciendo servicio sin enfado y contentos.

Los que más quieres tienen que pensar que el sitio que tienen, hoy no lo tiene ninguno.

Pues, por ser los únicos que este Elegido tiene, si pudieran, harían lo que han hecho para desmentir que Dios está hablando, en su Gloria, a este Elegido.

Dios permitió, pero el escándalo de esta Grandeza Divina, dicha por Dios, nadie puede callarla, por no haber otro Dios.

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Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C6

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