En Sueño Profético decían:
El hombre paga dinero para que lo enseñen a leer. Esto le sirve un poco tiempo, y si dice a no aprender, vive el espíritu y el cuerpo, y hasta Dios le puede tener un rinconcito en su Cielo.
Ahora se va a ver la diferencia del que te quiere enseñar –porque a él Aquí lo enseñan– para que no pierdas la Gloria, para llevar tu espíritu a sitio de Paz, para que no llegues a la violencia, para que no culpes a Dios jamás de las cosas de la Tierra, para que a las cosas del espíritu siempre les des preferencia. Pues si observas, este “Enseñar” maldicen, maltratan y con él se portan como fieras; y sin tener que pagar lo que no habría dinero si se dijera a cobrar Aquí, en la Gloria, pocos quieren aprender.
Dijo uno:
Hay cultos de la carne que se avergüenzan si dicen: “Yo ahora estoy aprendiendo a ver claro lo de Dios”. Y aunque sin duda lo es, ellos se creen más sabios, porque su gran carrera la hicieron sin una asignatura que le hablara de Dios. Y habiendo llegado a ser unas grandes figuras, cómo ellos van a obedecer al que les quiere enseñar para llegar a una Vida donde ellos seguro que no van a estar. Y no quieren, y les da miedo que le nombren muerte de cuerpo y Vida de Eternidad.
Desperté, oí:
Siendo esta Enseñanza gratis, la desprecian y no la oyen.
Y aún lo hacen peor queriendo poner ejemplo con lo que ellos aprendieron.
Te ponen comparaciones que les mandan los diablos:
Unos, en hipocresía. Otros, en gritos, chillando, intentando que te retires y te sientas fracasado.
Si Esto no fuese de Dios, no tendría el Elegido una fortaleza cada día mayor.
Esto ya ha llegado a un sitio que, comprendiendo o no comprendiendo, hay que buscar los caminos para no dejar en silencio este Mando por Dios hoy dicho.
¡Qué cierto que el hombre paga sin protestas ni regateos la enseñanza que no sirve para el espíritu, y a veces es perjuicio para el cuerpo!
No se merecen los hombres, que Dios mande esta Enseñanza, gigante en altura, extensa en temas y Palabras, y que sea tan despreciada y discutida.
Aprende lo del espíritu antes que la enseñanza del cuerpo.
Porque el espíritu vive sin que necesite al cuerpo.
Esto hace falta que lo aprenda el hombre, para ser un poco bueno.
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Libro 73 - La Palabra del Creador - Tomo VIII