En Sueño Profético decían estas palabras para el Elegido:
Pon ya en el sitio de los sufrimientos las alegrías, que unas se están viendo y otras están escondidas.
Estas son las alegrías de los que están al mando del Elegido, que están dando escándalo a estas Palabras para que vean que es la Palabra de Dios. También dan alegría los que, cuando no conocían al Elegido, vivían en pecado y ahora que lo conocen están ayudando a los que viven como ellos antes vivían.
Dijo un espíritu de la Gloria:
Estos que se están nombrando, su interior y sus palabras, están dando las gracias a Dios por vivir como viven y recordar como han vivido. Estos nombran mucho a Dios y también al Elegido. De estos casos ha habido muchos y el pedir del Elegido es que no se retiren de este Caso de Dios, hoy único.
Aquí se ve el Poder de Dios. Se ve en las fuerzas que Dios le da al Elegido, empezando por el poco dormir, por guardar los sufrimientos y por aceptar lo que muy pocos aceptan.
Pues todo esto es admitido para que pronto tenga alegrías y pueda repartirlas con los que están aquí unidos.
Desperté, oí:
El sueño tardaba y se oían dentro del Elegido estas palabras:
– Señor, si no duermo yo no me enfado. Pero sí te pido, Señor, que mi cuerpo no se ponga malo.
Mandan que quede escrito cómo se veían los Humos Divinos, tenían un gran brillo, como oro, pero blanco.
– Señor, que estén contentos los que aquí vienen, porque viven Milagro. Que lo ven sus ojos y lo sienten sus cuerpos.
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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII