El Permitir de Dios hace falta

En Sueño Profético decían:

El Permitir de Dios hace falta. Si no hubiera Permitir, el mundo se acabaría, o todos serían buenos, como el que amarran. Que esto sería ser bueno por fuerza al miedo.

Dijo uno:

El Permitir de Dios le da más escándalo al milagro. El milagro se ve más milagro en lo imposible. Si Dios no hubiera permitido su Crucifixión, no habrían visto su Resurrección. Pero si el hombre hubiera creído que era Dios y Lo ama, no Lo mata, y ya sobra el Permitir de Dios.

El creer y el amar retiran el Permitir. Dios sufre usando su Permitir, pero el hombre lo pide como pidió el Diluvio. Y ya fue un Permitir grande el sentar a su mesa al número doce de los Discípulos, sabiendo que Lo vendería. Pero aún queda un Permitir que no se puede comparar con otro que el sufrimiento le supere, y es el de la Madre de Dios Hijo: permitir Dios Padre que en sus brazos Lo pusieran.

Desperté, oí:

El que estos Mensajes no los lea y no pueda compararlos con otros que hablaron de Dios, se pierde una alegría sin comparación.

¡Cómo te explican el porqué del Permitir de Dios!

¡Cómo quieren que pienses que sin el Permitir de Dios el hombre no existiría!

Dios deja el Permitir mientras hay cuerpo.

Pero si tú amas a Dios, al Permitir le das desprecio, y ya Dios te da premio.

Premio, retirando a los espíritus que no son de su Reino.

Que estos espíritus persiguen dando y ofreciendo consejos falsos.

Y te hacen ver que el que más fuerza tiene es Luzbel.

Ya, con este pensar, no puedes con Dios estar.

Estas Palabras son dichas en la Gloria para que sirvan de Enseñanza.

Pisa el sufrimiento dando este consejo:

“Yo sólo quiero a mi Dios, y mi Dios esto lo sabe. Él me manda alegrías diciéndome que, mientras viva, no me faltarán los Mensajes”.

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Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C3