No puede faltar alegría

En Sueño Profético decían:

No puede faltar alegría donde Dios arroba un espíritu todos los días.

No puede faltar alegría, porque al Amor de Dios lleva de compañía, y esta compañía retira el sufrir que la Tierra te envía.

Dijo un espíritu de Dios:

Cuanto más amas a Dios, más chico dejas el sufrir que te llega.

Cuanto más amas a Dios, más confianza en Él pones, para pedirle con Fe: “Señor, si Tu quieres, me quitas el sufrir”. Y si este sufrir es para dar ejemplo, pueden decir: “Eso es amar a Dios, sufrir y más quererlo. Dame pensamientos para que yo sea así”.

En la Tierra, cuando llegan sufrimientos, es cuando más nombran a Dios, pero para ofenderlo con estas palabras: “¿Por qué Dios me manda este sufrir y a otros les manda alegrías que no las quieren?”. ¡A mí que las quiero no me faltan sufrimientos! Y muchos me dicen: “De tanto querer a Dios, tus sufrimientos mayores son”.

Desperté, oí:

¡Qué cierto que estas palabras las repiten los espíritus que no son de Dios!

A los de Dios, el sufrimiento, más los acercó.

Y piensan: ¿Quién soy yo para no sufrir?

Ya Dios me da Premio con que no guarde aquí silencio.

Esta Enseñanza ha tenido premio. Pero deberían premiarla todos los días publicando la Paz que va dejando.

A enfermos de espíritu y de cuerpo.

Los de cuerpo, ellos se mejoran con los medicamentos.

Pero en los enfermos de espíritu, el medicamento son las Palabras oídas en el Cielo, que en Libros quedan dictadas.

¡Y han hecho curaciones estas Palabras!

Aunque el que no cree en Dios sigue nombrando el medicamento que tomó.

***

Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C5