En
Sueño Profético decían:
Hay quien va dejando alegrías
y por dentro lleva penas.
Y hay quien no las lleva
ni por dentro ni por fuera,
pero
de nada forma una pena.
Hay quien pone la mirada
en lo que cuesta más caro,
y si no puede comprarlo,
ya se
siente desgraciado.
Luego está el pensar contrario,
el que compra lo que necesita,
olvidando lo más caro,
y se hace tasador
y da
valor a lo barato.
A éste siempre lo verás
sin preocuparle lo caro.
Busca dormir sin pensar:
debo
tanto y me hace falta más.
Al que pone la mirada
en lo que cuesta más caro
y si no puede comprarlo
ya se siente desgraciado,
ya, cuando empieza el nuevo día,
nadie se le puede acercar.
Su cara la ves tirante,
sin la
sonrisa llegar.
Y ya de Dios no le hables,
porque Dios,
lo que pide,
no le
da.
Dijo
uno:
Esto es vivir esclavo
de ahora debo,
ahora compro,
y de
ahora cómo pago.
Voy a trabajar más,
pero por mucho que gane,
yo necesito más,
¿o es que yo no tengo derecho
a de
lo caro comprar?
Desperté,
oí:
El que
piense así, con Dios no puede estar.
Y
siempre lo estará culpando, diciendo: ¿por qué yo mis caprichos no puedo
comprar?
Y si
le llega sufrir, porque tiene que llegarle, qué ejemplo irá dando cuando oiga
el preguntar del que a Dios nunca ha amado.
Este
es el cambio de vida que el hombre ha dado.
Correr
aprisa y vivir amargado.
Luego
están lo hambrientos, los despreciados.
De
éstos, poco se acuerdan los que no saben lo que tienen guardado.
Estos
no quieren oír al que Dios trae Aquí.
¡Todo
es Amar a Dios!
Pero
primero tienes que creer que Él es Dios Vivo y olvidar que estuvo muerto.
Pon su
Resurrección y su Imagen delante de tu vista.
Y la
alegría y la Paz ya serán tu guía.
Y lo
que sea sencillo de alcanzar, Dios quiere que se lo pidas.
Pero
que sea un pedir sin apartarte de esta Vida.
Va el
Mensaje, a que no le des valor a lo que la Paz te quite.
***
Libro 40 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C1
Si nos dejáramos enseñar por Dios y practicar su Enseñanza, qué cambio daría nuestra vida y que pocos afanes nos quedarían.
ResponderEliminarLa Paz que nos deja Dios es la alegría de tenerlo a Él y ya todo lo demás es la añadidura.