En
Sueño Profético decían:
Sin
obediencia no le sirves a Dios. Y sin Amor no hay obediencia. El Amor manda a
la obediencia.
Esto
en el camino de Dios. En el camino del hombre manda el temor, el castigo o
intereses que pudieras coger.
Dijo
uno:
Debería
el hombre copiar del que Dios le da Aquí el Mando. Éste, Palabra que oye en arrobo,
la cumple después. No se detiene a pensar otro camino que antes hubiera
pensado. Las Palabras del arrobo anulan todo lo pensado.
Si
esto hiciera el que conoce este Caso, le llegarían alegrías y retiraría el
fracaso.
Todo
el pensar que al Elegido le llegue no lo puede ver claro, pero si es Dios el
que manda, tú síguele sus pasos. Que si no los ves derechos es que Amor te está
faltando.
En
esto tienes que decir: “Si yo creo, que mi Amor cada día más se agrande. Si yo
creo, que obediencia no me falte”.
Desperté,
oí:
Cierto,
que el Amor es exigente y la obediencia le obliga.
El
Elegido, en cada paso que da piensa: Dios va conmigo.
Porque
yo sin el Vivir no vivo y veo cerrados todos los caminos.
Esto
es Amor que aparta pensamiento que sin obediencia llegó.
Dios,
cuando vivió de hombre, no hacía falta preguntar quién era el que más Lo creía.
Porque
antes de mandar se oía: “Maestro, yo estoy esperando tu Mando”.
Porque
el Amor me está atormentado con que ya no me vas a dar Mando.
Si tu
Mando me mandara que la muerte la pidiera, no sería muerte, sería vida que a la
obediencia me lleva.
Si
obediencia faltó, tú no amaste a Dios.
Hoy
sigue el camino para coger escritos en los que el hombre vea que hoy éste es
Caso único.
***
Libro 40 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C3
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