En Sueño Profético vi muchas cosas
antiguas que las utilizaban en tiempos pasados. Vivían en las casas con grandes
lujos, pero sin adelantos. Había en las habitaciones luces, pero las cambiaban
con las manos para poder ver por las habitaciones que iban pasando. Se vio una
mujer de espaldas que de unos cántaros echaba agua en un vaso, y otro hombre
que descargaba de un burro cuatro cántaros.
Ya dijo uno:
Se han citado sólo
dos hechos de cómo vivía el hombre sin estos adelantos.
Ya se vio una
puerta y dar luz cuando, a la vez de ir hablando normal, tocaban una simple
plaquita que había en la pared. También se vio una piscina grande, bien grande,
y sus grandes caños de agua la estaban llenando.
Y dijo el mismo:
Esto es adelanto,
pero para qué sirve este adelanto si no se utiliza para ganar la Gloria. El
hombre, con su saber, se ha quedado atrasado. Es el invento que el hombre
inventa el que al hombre le va impidiendo que entre en esta Gloria. Por eso
Dios no deja al hombre que llegue ni a la vida ni a la muerte, ni a lo que en
pie lo mantiene, que es el aire, el sol y el agua. Pues esto, de Aquí baja y
Aquí viene.
Desperté, oí:
En este arrobo han
hablado de la vida y de la muerte, donde no ha llegado el adelanto del hombre.
El buen adelanto
sería que muy pocos pasaran de esa vida, sin Dios, a la Eterna.
Y que el hombre no
dejara de inventar para amar más a Dios.
Pero, ¿de qué sirve el invento
si este invento te sirve
para no venir a
este Reino?
No piensas que es menos adelanto
ir de habitación en habitación
con la luz en las manos
y luego decir: “Dios mío,
con tu Reino me he
encontrado”.
¿Para qué quiero la luz
de adelantos fracasados,
si mi mente tengo a oscuras
y de Ti vivo apartado?
¡Vamos a pedir los hombres
que sirvan nuestros inventos
para que no llegue muerte
cuando la Tierra
dejemos!
Pues si no practicas este invento,
que el hombre tiene olvidado,
no serás inventor.
Serás uno más que ahí vivió
cada vez más atrasado,
que tuvo a Dios en olvido
y a muchos metió en
pecado.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C1
Todo lo que se haga sin la mira puesta en Dios es tiempo perdido, solo en Su Querer y Voluntad se van subiendo escaleras todo lo demás es bajar.
ResponderEliminar