La muerte todo lo deja en la tierra

En Sueño Profético decían:

El Pedir del Elegido es: “Señor, que Esto se cunda por todo el mundo”.

A estas palabras Dios manda que contesten espíritus de su Gloria, diciendo que en el mundo varían unos sitios de otros: unos son pobres y otros ricos. Pero que en el nacer y en el morir, todos son iguales: lo mismo le llega la muerte al niño, al mayor y al anciano. Y según su comportamiento, entra el hombre en la Gloria o en la Profundidad, donde está la lumbre con el nombre de Infierno.

Si el hombre en todo esto pensara, no podría vivir sin estar noche y día oyendo al que Dios manda Palabras de Gloria.

(Fue terminar de escribir estas palabras, y una fuerza dio un tirón de la libreta donde las estaba escribiendo, y ésta al suelo llegó, pero lejos de donde yo estaba)

Desperté, oí:

No sufras por el tirón que le han dado a la libreta cuando Dios estaba hablando del mundo que sólo hay uno.

Ese mundo, aunque el hombre lo cambie con el adelanto, con ricos, con pastores del campo o con hombres con grandes carreras, la muerte todo lo deja en la tierra.

Y a la Gloria entra el que su cuerpo lo tenía por traje que ya no sirve cuando la muerte le llega.

El que ama a Dios, su vida no puede hacer lo que hace el que no ama, sabiendo que Dios permite que quiera Gloria o Infierno.

Esta Enseñanza existe desde que Dios hizo el mundo, y existirá hasta que Dios lo deje sin sol, sin lluvia y sin aire.

Estos Mensajes, con estas comparaciones, nadie, por estudios que tenga, puede dictarlos con la Verdad y la Fuerza de Dios.

El que en este Elegido no vea el Poder de Dios, es ciego de espíritu, que es la ceguera peor.

(Terminando este Dictado de Dios, dieron otro tirón de la libreta y el Elegido la cogió y sus labios dejaron en ella el sello, justificándolo)       

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Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C6