En Sueño Profético decían:
El mal no quiere que el bien exista.
El mal persigue y engaña para retirarte del bien que
vivas.
El mal te pone caminos de espinas. Que si los
entiendes, los pinchos no pinchan.
El mal se achica cuando tú a Dios lo buscas y Dios
sale a tu encuentro. Y ya ves lo que es malo y lo que es bueno.
Dijo uno:
El que Dios trae a su Gloria para enseñar de ella, no
puede equivocarse en el consejo que dé. Porque si haces parada en el
pensamiento, verás que viene de Dios y Dios quiere lo mejor para sus hijos. Tú
ofreces lo que Dios te hace ver para el bien del espíritu y del cuerpo. Que
este bien, si llamas a Dios, el mal retira.
Desperté, oí:
Todo lo que consigas es para bien del hombre.
Pero tienes que decir: “Señor, el comprender, Tú lo
pones”.
El mal –decían en la Gloria– siempre se adelanta
cuando el bien va a triunfar.
El que Dios le da su “Ve”, recibe grandes alegrías y
esconde el sufrir.
Un sufrir al pensar que a Dios el hombre poco Lo ama y
poco Lo busca para adorar sus Palabras.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C1
Si creyeran todos lo que aquí Dios ha Dictado, otro gallo cantaría en el mundo que tanto tiene a Dios olvidado.
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