jueves, 5 de mayo de 2022

Espíritu limpio

En Sueño Profético hablaban de los días, de los meses, de los años, de los siglos, de la vida al nacer, de la muerte de los niños y los hombres.

Para Dios, la muerte de los niños no es muerte, porque entran en la Gloria con presencia de ángeles. Éstos no hicieron pecado.

Dijo uno:

Si los niños crecieran sin oír ni ver el pecado, llegarían a hombres como Dios tiene mandado: con espíritu limpio. Luego, ya, con el Permitir de Dios, harían la vida queriendo dar ejemplo de Discípulos de Dios o queriendo retirar de Dios. Pero de niño, el crecimiento tiene que ser odiando el pecado como gran peligro. Que si esto así se hace, no es como el pecado enseñarlo. Que esto se puede comprobar en los sitios de enseñanza con el nombre de párvulos. Estos niños aprenden las palabras, pero los sentidos no entienden. Entienden cuando pasan de niños a hombres. Pero ya viven pecado, como los animales, sin esconderse, porque lo ven normal aunque sean hombres. Igual que comen masticando, y con cuchara cuando sea comida floja con caldo, pues lo mismo de normal ven el pecado.

Desperté, oí:

Hablaban de los niños, poniendo de defensa su inocencia.

También hablaban de la muerte.

Decían palabras que hacían pensar, como estas que aquí dictan:

La muerte hay que esperarla como el día espera la noche: sabiendo que llegará y que nadie la puede detener.     

También los años hay quien los olvida y hace de payaso, porque quieren hacer con 70 lo que hacían con 15 años.

Coge la vida sin engaños, que el engaño no es de Dios, es del adelanto.

El cuerpo siempre es el mismo: dos piernas y dos brazos, una cabeza y una cara. Que si mides las distancias no ves dos caras iguales.

La maquinaría del cuerpo funciona como la del primer hombre que pisó la Tierra.

Si la muerte no la puedes evitar ni puedes saber su fecha, sigue el Camino de Dios con las Palabras que dejó escritas cuando bajó a la Tierra.

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Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C2

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