En
Sueño Profético decían:
Si
copiaran del Elegido, no podrían vivir sin hacer lo que Dios dijo y sigue
diciendo, y puede que también fueran Elegidos: “Levantad al caído y dar de
comer al hambriento”.
Dijo
un espíritu de Dios:
Dar de
comer al hambriento fue dicho para los que no sabían en qué gastar el capital
que tenían.
Levantar
al caído, pueden hacerlo todos los que crean en la Existencia de Dios y vivan
poniendo en todo el Amor de Dios. Éstos, con Amor y Caridad, levantan al caído,
le pagan gastos y le dan palabras ofreciéndoles Caridad con Paz y con petición
a Dios por si merecen el Perdón.
Decían
en la Gloria, que Elegido con esta Enseñanza, no podían poner a ninguno como
éste.
Dios
quiere que el Elegido piense que el que cree en Dios no puede vivir sin oír al
que trae Dios a su Gloria, y si éste es una jerarquía de la Iglesia, tiene que
ser él el primero que pregone lo que Dios dice en su Reino a un espíritu que
arroba y le da Mando para que pregone estas Palabras.
Desperté,
oí:
Dios
no deja de decir que se cundan estos Mensajes, porque el que crea en Dios y los
lea, ya no podrá olvidarlos.
Este
sentir, el que lo sienta, no puede callarlo y no le importa no tener carrera de
estudios para enfrentarse a directores de academias.
Decían,
que cuando Dios dice una Palabra, ya quedan como párvulos todas las
universidades.
Para
Dios no hacen falta títulos. Para Dios lo que hace falta es decir: “Mándame lo
que yo pueda hacer, retirándome de todo”.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C6
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