En Sueño Profético decían:
El que esta Enseñanza aprenda, ya cambia la vida que
tenía antes de conocerla, y ve ya trabajoso lo que exige la materia. En cambio,
el espíritu no te exige, no protesta, y siempre te va llevando al camino de la
Paz y a que practiques la paciencia.
Dijo uno:
Yo siempre vi como gran trabajo la paciencia. Y hubo
veces que hasta pregunte qué había que hacer para tenerla. Y ésta era la
respuesta: seguir los Pasos de Dios y visitar la miseria; pensar en los vivos
que murieron y todo lo dejaron.
La paciencia, con Dios, va aumentando. Y nunca tendrás
choques con espíritus que son satánicos. Sin practicar la paciencia, Dios no te
trae a su Gloria con cuerpo. Luego, cuando Dios te da un Mando, ya este Mando
anula la paciencia. Que esto se ve en este Caso: Dios manda, y ya este Mando
rompe murallas, rompe barreras y lleva este Mando a donde Dios le manda, a
donde Dios quiera.
Desperté, oí:
La paciencia es un vivir que tú hiciste sin que te
obligaran a tener paciencia.
Una vez que Dios elige, su Mando rompe paciencia.
Rompe paciencia y silencio.
Y ya todo lo que haces es con Mando.
Unas cosas son Aquí dichas y otras sentidas, que por
esto verán el cambio de palabras, que no son igual dichas.
Cuando actúa el Mando de Dios se ve por la fuerza de
las palabras, que apartan la paciencia y no respetan la presencia del que haya.
Decían en la Gloria que el contagio del espíritu era
más fácil cogerlo que el del cuerpo.
Esto en espíritu malo.
Cuando el cuerpo contagia, te apartas, porque te da
miedo.
Cuando el espíritu es malo, su contagio es buscado, y
el triunfo es hacer daño.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C5
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