domingo, 1 de mayo de 2022

Pensar en Dios es amar

En Sueño Profético decían:

Pensar en Dios es creer.

Pensar en Dios es amar.

Pensar en Dios es no poder pecar.

Si este pensar, cada día, se va agrandando, tú, ya, sin Dios, a todo irás despreciando. E irás acunando los Mandamientos, que con estos dos que dictan, ya vives todos: Amor al Prójimo, que en el Prójimo está Dios; y levantar al caído, como si tú te levantaras, pero sin juzgarle.

Dijo un espíritu de Dios:

El que pruebe a vivir estos Mandamientos que Aquí, en Gloria, dictan, ya cambia su vida. Porque al pensar en Dios, vives Gloria en la Tierra, que es a lo que Dios bajó a la Tierra: a enseñar que la vida de la Tierra es de paso, y la del espíritu es eterna.

¡Qué cierto es que, si tienes a Dios en tu pensamiento, el pecado huye de ti y la alegría no te falta! Una alegría que te acerca, y te retira del que quiera culpar a Dios del sufrir que te llegue.

El pensamiento puesto en Dios y en la Madre Virgen, ya supera toda la oración que hicieras unas horas al día.  

Desperté, oí:

Hacían en la Gloria muchas comparaciones del pensar en Dios.

Decían que el hablar y el decir podías inventarlos, ser verdad o mentira.

Pero el pensar, si a Dios amas cada día, más se nota en tu cara.

Sin Amor no dura el pensar. Con Amor es fuerza que el Cielo manda y todos algo notan, que a veces se contagian.

A veces hace pensar el pensar en momentos largos. Y no eres dueño de tu pensar, porque a Dios, tu pensar, tú se lo has dado.

Pero piensa quién va a pagar mejor que Dios este pensar.

Repiten estas Palabras del empiezo del Mensaje:

Pensar es creer.

Pensar en Dios es amar.

Pensar en Dios es no poder pecar.

Desprecia los pensamientos si en Dios no vas a pensar.

***

Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C6

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