En Sueño Profético decían palabras de
Amor a Dios, de Caridad y de coger el Camino de Dios haciendo propósito de no
dejarlo jamás.
Dijo uno:
Cuando falta
Amor a Dios no puedes seguir sus Pasos. Cuando falta Caridad, a todo le ves
trabajo, no compadeces y no perdonas. Por falta de perdonar, muchas veces se
repite el mal.
Dijo Agustín:
Yo traté a
pecadores que vivían en pecado porque nadie se ofreció a quitarlos del pecado.
Ellos querían y no podían acercarse al que buena vida hacía. El caer en el
pecado, hay veces que tú lo buscaste, y otras veces a ti te buscó el pecado. De
esta enfermedad maldita se retira el que está sano, y no tiene compasión de la
enfermedad del pecado.
Yo quería
mirar al Cielo y no podía mirar, porque yo me atormentaba y me tenía la cara
que tapar.
Esto, en mi
soledad, lo hice una noche que me pasó lo que Aquí me mandan dictar:
Hice, sin
ofrecimiento, quedarme una noche entera paseando por mi habitación y
despreciando la cama. Ya me puse de rodillas maldiciendo el pecado. Y a Dios
pedía el Perdón, diciéndole:
“No me enfado
si me das doble castigo y me siento perdonado cuando ya cumpla el castigo”.
La
contestación a estas palabras fue mi primer éxtasis.
Desperté, oí:
Creí que mi
cuerpo, ya jamás podría moverlo.
Cuando el éxtasis
pasó, no sabía cómo pagarle a Dios el Perdón.
Quería
contarlo a mis compañeros y amigos cuando de estudios hablábamos, que eran
momentos serios y podían escucharme.
Hubo quien me
lo notó antes de que yo lo contara. Y me hacían las preguntas para que yo
contestara.
Cuando ya mi
tiempo puse en perseguir al pecado, me miraban, y la mirada ofendía al que me
había perdonado.
Me miraban con
miradas que hacían daño.
No creían,
hasta que pasó un tiempo, que yo estaba perdonado.
A muchos quité
de pecar y a muchos sigo quitando.
Hay que tener
compasión con el que lo buscó el pecado.
Contando mi
vida quité de pecar, y Dios me dio el Perdón que nadie pudo quitar.
AGUSTÍN
DE MÓNICA
Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C9
Cuando Dios perdona ,queda el alma y el espíritu blancos como una paloma.
ResponderEliminarDe ahí llegan muchas batallas que provienen del infierno .
Y una de ellas es la envidia de aquellos que les duele el bien ajeno.