Tardaba el Sueño porque el
espíritu no salía del cuerpo hasta que Dios no lo llamara, que el nombre de
esto es arrobo.
En Sueño Profético decían:
Dijo el Mando de Dios en un
espíritu de su Gloria:
¿Cómo no verá, el que conoce a
este Elegido, que todo el bien o el mal que le hagan es a Dios y no a él al que
se lo hacen, que es el que habla en ella y le da Poder y Mando para acercar,
buscar y retirar?
Pues el bien que recibe el que se
ha nombrado, a Dios llega. Si le hacen mal, es porque no creen que Dios esté
Vivo, con Cuerpo, y que es Dueño de los dos mundos: del temporal y del Eterno.
Debería pensar el que oye Elegido a este Elegido, que su vida es vivir
con grande sufrir, por querer que todos acepten el Permitir de Dios. Pero si
Dios no permitiera, el mundo lo habría acabado cuando bajó a la Tierra,
permitiendo también que el hombre Le diera muerte a su Cuerpo.
Desperté, oí:
Debería dar un cambio el que conoce
este Caso, y dar a Dios las gracias por oír todos los días decir al Elegido lo
que Dios en su Gloria le manda.
Decían que el sufrimiento del que
Dios le da estas Palabras, es un sufrimiento oculto, pero con grandes lágrimas.
Que estas lágrimas sólo las ve
Dios, y más Amor y fuerzas le manda.
Se ve más que es Dios el que da
el consejo al que a su servicio está.
Se ve más que este Amor no es de
la Tierra, por el desprecio que le dan al que las Palabras de Dios lleva.
Llegó el sueño con este pensar,
que el Elegido no se podía quitar del pensamiento y que aquí dictan:
“Señor, antes de hacer yo mal a
tu Mando, dame castigo, que yo no me enfado”.
“Los que a Esto están unidos me
dan alegrías para que piense menos en lo que el nombre no digo”.
Este nombre Dios permite que esté
escondido. Aquí más se ve el Amor tan grande que a Dios le tiene el Elegido.
Cuando le llega sufrir, pone en
su pensamiento a la Madre Virgen,
y ya vive el sufrimiento con esperanza de que Dios un día quite su Permitir.
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C7
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