Sin mi Dios, todo desprecio

En Sueño Profético decían:

Amando mucho a Dios, retiras el sufrimiento. Amando mucho a Dios, a todo le ves arreglo. Pero tienes que pensar: “Sin mi Dios, todo desprecio”.

Dijo uno:

Todo el que aquí se acerque tiene que ver que todos los caminos son para acarrear al Cielo. Y jamás verán negarse a buscar donde el bien puedan dejar.

Este Caso necesita publicación sin descanso. Y ya quedan arrastrados los espíritus malos, que son los que te hacen sufrir por no creer que Esto baje de Aquí, donde no existen los cuerpos. Que si esto lo pensara el hombre, se moriría de remordimiento cuando enfermara sin remedio.

Aunque esta noche el sueño ha sido corto, ha sido largo para el arrobo, ya que Dios es Poder en Palabras y Hechos. Con una Palabra acabaría el mundo y resucitaría a los muertos. Por esto Dios mantiene a este espíritu y a este cuerpo: por el Poder que Dios le da.

Desperté, oí:

Ya hay que coger este Mando con la Fuerza que Dios manda.

Y que todos los Mensajes salgan en canción y Libros.

Cuanto más se piense, más se verá que este Caso hoy es único.

Pues los que están aquí unidos, que busquen sin descanso, para dar a conocer esta Grandeza Divina.

También, los que están aquí contentos, que procuren no perder la alegría, porque los malos espíritus no dejan de aparecer donde menos piensas.

Pero obedeciendo al que Dios trae Aquí, quedarán como víboras en cieno.

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Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C1