El Mando es de Dios

En Sueño Profético decían:

Si esta presentación de Libros y cintas que hoy han hecho, de la Palabra de Dios, en la Tierra ha dado alegrías, Aquí, en la Gloria, los espíritus de Dios están en ruegos para que de nuevo se repita sin descanso.

Dijo el Mando de Dios en un espíritu de su Gloria:

El Poder de Dios se vio en el público que llenó el salón y que acudió a oír estos Mensajes de Dios.

Muy pocos fueron los que no sintieron algo por dentro de su cuerpo.

Esto les hace falta a los tiempos que tienen al hombre inquieto y apartado de Dios.

Que retiren descanso y que se repita pronto la presentación de otros Libros, ya que Dios tiene a este Elegido para cundir que hay otro Mundo, y el arrobo y los Mensajes no faltarán mientras viva el cuerpo.

No se puede contar, sin verlo, las caras que había tan contentas, empezando por el “Ministro de Dios número 1”, por el cantante y por los que hablaban de este Caso. El que hablaba de la hija que con Dios está, su sentir no lo podía ocultar. La canción “El luto”, de la carne que Dios unió, daba pensar con alegría, al saber que las Palabras las dio Dios.

La alegría mayor quedaba oculta. Esta alegría era el ver en la presentación al que tenía cargo en la Tierra y ya no lo tiene, pero para Dios su espíritu es el que tiene el cargo mayor, por estar al mando de este Elegido, sin temor a los que no creen en Dios.

Desperté, oí:

Los que han hecho esta presentación, tienen que repetirla, porque es lo que el Elegido oye y le repiten en la Gloria:

“Que Me ves, dilo y repítelo, porque el Mando es de Dios”.

Ha sido una presentación con el salón lleno. Esto no es normal el verlo.

Las caras estaban contentas. Esto no puede ocultarse cuando Dios su Presencia hace en los espíritus.

La venta de Libros y cintas es otro milagro que Dios hace para que se cundan estos Mensajes.

La alegrías el sueño despedían. Estas alegrías son para las dos vidas, para la Eterna, y para la temporal mientras vivas.

Las canciones, que en alta voz se diga que son Mensajes de Dios dichos al Elegido.

Que su nombre está reconocido por Iglesia y seglar.

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Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C8