El sufrir es del espíritu cuando ya te sientes arrepentido

En Sueño Profético decían:

Pon la confianza en Dios y ten siempre en tu memoria estas palabras: “Señor, me pase lo que me pase, que nunca Te culpe yo porque me pudieras quitar el sufrir que me llegó”. Esto sería creer que eres Dios, que permites y que perdonas. Que en el Permitir debería el hombre decir: “Señor, castiga y quita el Permitir”. Si esto lo pensaran, sería querer Gloria y despreciar Infierno. Que el desprecio a Dios es el mayor sufrimiento.

Dijo uno:

Habiendo Amor a Dios, no puede existir el desprecio. Habiendo Amor a Dios, este Amor sale fuera de tu cuerpo en todas las reacciones de alegría o de sufrimiento. El Amor te abre puertas y te pone en contacto con la Gloria. Y ya, en todo lo que vas a hacer, piensas: “Señor, ¿está bien esto que voy a hacer, o ensucio tus Palabras con el engaño del adelanto?”.

Desperté, oí:

Va el Mensaje a que hay que amar a Dios y procurar no enfadarlo con el progreso y el adelanto.

Cierto que cuando te llega el sufrir, si no hay Amor grande, culpas a Dios de lo que te pase.

Esto de pedir cuentas, también es corriente que lo oigas.

¡Qué Palabras decían en la Gloria para decirlas en alta voz!:

“Señor, me pase lo que me pase, que nunca te culpe yo porque pudiste quitarme el sufrir que me llegó”.

Habiendo Amor con ansiedad de cada día amar más, no te salen esas palabras, porque a Dios sufrir Le das.

El sufrir es del espíritu cuando ya te sientes arrepentido.

Y piensas: “No merezco el Perdón y no me atrevo a decirlo”.

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Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C2