miércoles, 8 de marzo de 2023

Todo el bien que puedas, ponlo en tu espíritu

En Sueño Profético decían:

Sin Amor a Dios, no se puede estar todos los días llegando a las camas de los enfermos.

Sin Amor a Dios, no te salen palabras. Que muchas veces, estas palabras, dan curación.

Dijo un espíritu con Mando de Dios:

Si siguieran los pasos de este Elegido, tendrían que mirar al Cielo y pedir a Dios Perdón por dar desprecio a estas Palabras, que saben que es verdad que son dichas por Dios. Pero no aman y les molesta el oír tanto este Caso, hoy único.

Han intentado desmentir, dando sufrimientos, al que Dios trae su espíritu a su Reino y luego lo lleva al cuerpo, para que actúe como los Profetas y sus Discípulos actuaron.

Aquí se ve verdad en los Libros y en el Amor de Dios que el Elegido va repartiendo a enfermos y al que ve caído en el suelo.

Este Elegido, es su profesión mirar al Prójimo como Dios tiene mandado.

Desperté, oí:

Tu visita al enfermo acerca a Dios y hace cambiar los pensamientos.

Si el Elegido no viera Fuerza de Dios, podría pensar: “Yo no me acerco al enfermo, que me puedo contagiar”.

Este pensamiento no le ha llegado jamás.

El que le sigue sus pasos, ve que Dios la va acompañando.

Este Caso va sembrando la Caridad por los sitios que Caridad va dejando.

Aquí esta llegando el momento de que Dios retire su Permitir.

Decían en la Gloria, que la soledad no actúa cuando Dios se comunica.

Las alegrías no faltaran, por ser esa, vida de paso, y ésta, vida de Eternidad.

Deberían todos aprender el consejo que el Elegido da.

Todo el bien que puedas, ponlo en tu espíritu.

Y al cuerpo ponle el peor sitio.

Todas estas Palabras las ponían en el arrobo, y muchas más, pero quedan en silencio en la Gloria Celestial.

El sueño fue corto y el arrobo largo.

Y es que de esta Enseñanza se debería estar día y noche, sin parada, hablando.

***

Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C3

1 comentario:

  1. No hay que dejar que el pensamiento busque otras cosas para olvidarse de Esto que Dios ha mandado dictar, como mandó sus Mandamientos, que aunque no los cumplan, tienen que reconocerlos.

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