jueves, 9 de noviembre de 2023

El Poder de mi Padre estará en Mí

En Sueño Profético decían:

El día de hoy, con la forma de comportarse en la Casa de Dios (Iglesia para todos), los que a Él representan, han quedado al descubierto del engaño que a Dios quieren tenerle. Este engaño ha quedado al descubierto en público. Se han negado a dar la Comunión (Cuerpo de Cristo) a los que tenían en las manos el Libros de las Palabras de Dios dichas a un Elegido, estando estas Palabras reconocidas por la Jerarquía de la Iglesia, que ha sido la que ha dado poderes , sellados, para que estos Libros puedan ser publicados con la Licencia de la Iglesia. Esto ha sido un gran disgusto, porque estos Libros son Palabra de Dios, dicha en arrobo, todos los días, ya pasados 40 años.

Estando diciendo estas palabras un espíritu de la Gloria, se vieron muchas nubes, y unos grandes rayos de sol que las apartaban, dejando ver el Cuerpo de Dios Hijo, que con gran fuerza decía estas Palabras:

“El que no cree en mi Existencia, tiene que quedarse al descubierto, como los truenos en la tormenta. Que ya quede cortado el llevar mi Evangelio a donde hoy lo han despreciado. Este Evangelio es el mismo que Yo dije cuando mi Cuerpo vivía en la Tierra. Entonces mataron mi Cuerpo. Y hoy quieren desmentir mi Existencia. Esto quieren justificarlo con las fiestas que hacen con mi Cuerpo clavado en la Cruz, con sangre. Al Elegido Yo le hice que viera mi Cuerpo vivo. Esto fue hecho con el Poder y Mando de mi Padre, que es un mismo Dios, pero son tres Nombres: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, que es el que lleva el Mando de mi Padre en Mí, y Yo lo doy al espíritu. El Poder de mi Padre estará en Mí. Y Yo daré Mando para que con este mal comportamiento se forme doble escándalo”.        

Quedó silencio y ya dijo un espíritu de la Gloria:

Ha sido el mismo Dios Hijo el que ha dicho estas Palabras. Las ha dicho para darle fuerzas al Elegido y para que siga sin descanso el camino que ha emprendido.

Desperté, oí:

El que ponga dudas en estas Palabras, que son las mismas que están en los Libros publicados, está despreciando la Gloria.

Sus mismos Representantes y la  Jerarquía principal de la Iglesia en el lugar que vive el Elegido, han prohibido que estas Palabras entren en la Casa de Dios.

Esto ha sido un grande sufrir para el Elegido.

Pero ha sido un sentir de espíritu el oír la Voz de Dios en el arrobo, quitando disgusto y alegrando los caminos que Dios está abriendo.

Que pronto recojan más prólogos de obispos para los muchos Libros que quedan por publicar.

El sueño tardaba por no poder olvidar el desprecio que los Representantes de Dios le habían hecho a estos Libros.

El Poder de Dios hizo que el despertar pensando en haber oído a Dios hablando, el sufrir fuera pisando.

***

Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C4

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