En Sueño Profético decían:
El día de hoy, con la forma de
comportarse en la Casa de Dios (Iglesia para todos), los que a Él representan, han quedado al descubierto del engaño que a Dios quieren tenerle. Este engaño
ha quedado al descubierto en público. Se han negado a dar la Comunión (Cuerpo
de Cristo) a los que tenían en las manos el Libros de las Palabras de Dios
dichas a un Elegido, estando estas Palabras reconocidas por la Jerarquía de la
Iglesia, que ha sido la que ha dado poderes , sellados, para que estos Libros
puedan ser publicados con la Licencia de la Iglesia. Esto ha sido un gran
disgusto, porque estos Libros son Palabra de Dios, dicha en arrobo, todos los
días, ya pasados 40 años.
Estando diciendo estas palabras
un espíritu de la Gloria, se vieron muchas nubes, y unos grandes rayos de sol que las
apartaban, dejando ver el Cuerpo de Dios Hijo, que con gran fuerza decía estas
Palabras:
“El que no cree en mi Existencia, tiene que quedarse al descubierto,
como los truenos en la tormenta. Que ya quede cortado el llevar mi Evangelio a
donde hoy lo han despreciado. Este Evangelio es el mismo que Yo dije cuando mi
Cuerpo vivía en la Tierra. Entonces mataron mi Cuerpo. Y hoy quieren desmentir
mi Existencia. Esto quieren justificarlo con las fiestas que hacen con mi
Cuerpo clavado en la Cruz, con sangre. Al Elegido Yo le hice que viera mi
Cuerpo vivo. Esto fue hecho con el Poder y Mando de mi Padre, que es un mismo
Dios, pero son tres Nombres: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, que
es el que lleva el Mando de mi Padre en Mí, y Yo lo doy al espíritu. El Poder
de mi Padre estará en Mí. Y Yo daré Mando para que con este mal comportamiento
se forme doble escándalo”.
Quedó silencio y ya dijo un
espíritu de la Gloria:
Ha sido el mismo Dios Hijo el que
ha dicho estas Palabras. Las ha dicho para darle fuerzas al Elegido y para que
siga sin descanso el camino que ha emprendido.
Desperté, oí:
El que ponga dudas en estas
Palabras, que son las mismas que están en los Libros publicados, está
despreciando la Gloria.
Sus mismos Representantes y la Jerarquía principal de la Iglesia en el lugar que vive el Elegido, han
prohibido que estas Palabras entren en la Casa de Dios.
Esto ha sido un grande sufrir para
el Elegido.
Pero ha sido un sentir de
espíritu el oír la Voz de Dios en el arrobo, quitando disgusto y alegrando los
caminos que Dios está abriendo.
Que pronto recojan más prólogos
de obispos para los muchos Libros que quedan por publicar.
El sueño tardaba por no poder
olvidar el desprecio que los Representantes de Dios le habían hecho a estos
Libros.
El Poder de Dios hizo que el
despertar pensando en haber oído a Dios hablando, el sufrir fuera pisando.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C4
No hay comentarios:
Publicar un comentario