Señor, Te rogamos

En Sueño Profético se oían palabras defendiendo al que Dios manda con su Enseñanza en su Gloria. Éstas eran las palabras:

“Señor, Te rogamos para que al Elegido que Tú le das el Mando le retires el desprecio que el que no ama le está dando”.

“Señor, Te rogamos para que el mundo sepa qué es un arrobo. Que arrobo es dejar al cuerpo sin vida y el espíritu seguir viendo y oyendo, pero tiene que tener Mando de Dios para que otra vez entre en el cuerpo”.

Dijo uno:

Aquí se ve la actuación de Dios y el desprecio del hombre. Si vas cogiendo de aquí palabras, ves lo bien dichas que están y lo mal pagadas. Que esto le aumenta el sufrir que el Elegido lleva dentro.

Dicen en la Gloria que si hicieran un pensar de la vida que el Elegido lleva por querer que Dios no sufra y el hombre se salve, si hicieran este pensar, el sueño la noche les negaría y la conciencia al cuerpo atormentaría. Aquí se ve que la actuación es de Dios. La actuación del hombre, cuando recibe de otro hombre un bien, no sabe cómo pagarle, de palabras y buen trato. Al que Dios le da Mando para enseñar a no perder la Gloria, tiene que dar con miedo la salvación del el espíritu, y el pago es el desprecio.

Desperté, oí:

Se oían en la Gloria ruegos para que el que Dios le da Mando no fuera despreciado.

Aquí se ve que es Dios el que dicta los Mensajes y da Palabras para que las piensen y cambien el trato que le dan al que Dios le manda.

Que es trato de no creer que Dios te esté viendo aunque tú no Lo veas a Él.

Este desprecio tiene que tener arrepentimiento cuando no tengan remedio.

Hacen ruegos en la Gloria para que el Elegido tenga fuerzas en su persona.

El que no ponga estas Palabras en el sitio que Dios manda, es que no cree ni ama.

La noticia de esta Verdad, cada día mayor será.

Los que hoy están despreciando, mañana ellos se verán despreciados.

Pero un mañana eterno, que con el desprecio pidieron.

Los que están más cerca de este Elegido, dan mal ejemplo si no ponen Esto lo primero.

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Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C6