En Sueño Profético decían:
Bueno puede ser
todo aquel que quiera ser bueno. Al ser bueno, ya puedes contar con la entrada
en la Gloria.
Dijo uno:
El ser bueno puedes
aprenderlo y practicarlo, y ya vives la vida de los Santos, que Santo es todo
aquel que quiera. Viviendo Santidad, ya eres Santo. Pero si Dios no te elige ni
te trae a su Gloria, tú no puedes venir Aquí mientras viva tu cuerpo, no puedes
ver nada Sobrenatural, ni quedarte en Éxtasis, ni vivir Arrobo que Dios hace
para que el hombre no pueda decir, “Existió Dios, pero ya no existe”, y el que
quiera busque sus Pasos y los siga. Tampoco puedes curar la carne enferma ni
quitar enfermedad de espíritu. Pero si Dios te elige, ya te manda en su Nombre
y ven el Milagro.
Desperté, oí:
¡Qué claro te pone
Dios lo que es un Elegido para enseñar y lo que es un Santo viviendo Santidad!
Santo puede ser
todo aquel que quiera.
Esto exige amar a
Dios y aceptar todo lo que la vida te presenta.
El Santo adora.
El Profeta es donde
Dios habla.
Éste no hace nada
que no sea Mando de Dios.
Pide todo para el
bien del hombre y sufre cuando ve que el hombre desprecia las Palabras de Dios.
Que siempre, antes
y ahora, son las mismas, por sólo haber un Dios.
El Santo puede
guardar silencio y vivir en la montaña.
El Profeta tiene
que hacer el Mando, que es Dios el que le está mandando.
¡Ve y di en mi Nombre! Esto no puede
hacerlo ni decirlo el que en él, Dios no hable.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C7
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