En Sueño Profético
hablaban de los amigos de Dios Hombre, de los que tuvo cuando vivió de Hombre y
de los que tiene viviendo en Espíritu.
Dijo uno:
Él pedía
muchas veces sabiendo el sí o el no, pero los que con Él estaban no lo sabían y
para enseñarlos se oían sus Palabras. Él sabía quien Le decía “Maestro, no
puedo ir mañana”, o “no cuentes que yo vaya”. Pues Él contestaba al poder, no a
la palabra. Y si el poder no podía, esto les contestaba:
“Desde este
momento ya puedes, porque mi Padre le da poder y tiempo al que en Mí cree
porque a Él antes amaba y esperaba mi Venida. Ya, el poder te seguirá a ti en
el querer servirme, y tú le mandarás al poder”.
Esta
contestación era al no poder, no a la palabra. A esta misma palabra iba otra
contestación, porque el poder se escondía y Dios Padre contestaba en Dios Hijo
a los que al mismo Dios querían taparle. Ya se oían estas Palabras:
“Puede que tú escondas el poder y cuando le mandes no
te obedezca, porque ya es mandado por Mí para que no obedezca a tu mando”.
Desperté, oí:
Qué alegría
recibían los que oían del Maestro estas Palabras:
“Desde este momento ya puedes, porque mi Padre le da
poder al tiempo”.
Y ya el
tiempo se encargaba de hacer lo que tú a Dios le estabas pidiendo.
El que podía
y no quería, quería engañar al Maestro y el Maestro contestaba a lo que quedaba
dentro.
Es mejor
decir “yo puedo”, sabiendo que no puedes, cuando sea para Dios.
Pues Él ya te
dará el queriendo.
Que puede que
sea en palabras, en dinero o en tiempo.
Todo lo que
vaya de Él pertenece a este Reino.
***
Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C6
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