martes, 21 de enero de 2025

Enseña a que sean buenos sin hacerle daño a nadie

En Sueño Profético decían:

El bueno se hace más bueno si lo enseñan a ser bueno que por ser bueno. Hay más buenos que parecen no tan buenos por falta de enseñanza del que sabe ser bueno y parecerlo.

Dijo uno:

El bueno, sin parecerlo, no enseña y no va haciendo a hombres buenos o más buenos. Tienes que ser hombre bueno por dentro y dejar por fuera que se vea el hombre bueno. Pues si lo dejas por dentro, no das servicio a este Cielo. Es el bueno el que tiene que pensar: “Que no deje de ser bueno con mi forma de actuar”.

Ponen en Gloria un ejemplo para aprender y enseñar:

Si ves a un hombre sentado en una silla de ruedas y otro hombre empujando, todo el que esto vea dice: “He visto un inválido”. Pero también se podría pensar que estaba bromeando y tenía sus piernas buenas.

Este pensar nadie lo hace ni esperes que nadie lo haga. ¿Quién se haría pasar por inválido teniendo sus piernas buenas? Pues si eres hombre bueno, piensa en lo que otro vea, y que siempre vea lo bueno que por dentro llevas.

 

Desperté, oí:

 

Enseña a que sean buenos sin hacerle daño a nadie.

Pues los buenos le hacen daño a los malos por querer juzgar lo que sus ojos les hablen.

¡Qué pensar con Enseñanza del inválido te dan espíritus en Gloria!

¡Qué cierto que el bueno tiene que cuidar lo bueno para que buenos se hagan!

Pues los ojos del espíritu sí ven lo que ven los ojos de la carne.

Pero los ojos de la carne son los que comunican a la lengua para que hable.

Haz que lo bueno que seas vaya quitando defectos, con la visión de los ojos y con el hablar de la lengua.

Así serás hombre bueno, con ayuda a esta Gloria.

***

Libro 83 - Te Habla El Profeta - Tomo XI - C6

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