lunes, 20 de enero de 2025

Gloria para todo el que la quiera

En Sueño Profético decían:

La alegría no puede faltarle a este Elegido. La alegría es el fruto que va diciendo que la Palabra de Dios está en todo momento con el Elegido.

Dijo un Discípulo de Dios Hombre:

A nosotros, cuando íbamos hablando del Maestro, pocas veces nos vieron sin alegría. Cuando un momento nos faltaba, recordábamos las Palabras que momentos ante de salir a la calle nos había dicho. Eran Palabras con Mando. Veíamos que Él no venía con nosotros, pero que el Poder de Dios entraba en nuestros espíritus.

Un día íbamos por una plaza tres Discípulos. Diré los nombres: Santiago, Felipe y Pedro, que soy yo, el que Dios manda que dicte esto que pasó:

Llegaron unos, que se nos quedaron mirando y se pararon. Se acercaron a nosotros y nos preguntaron: “Hace tiempo que queremos haceros una pregunta, y siempre que nos acercamos, algo sentimos, que nos retiramos. La pregunta es que ¿cómo podéis estar, todo el tiempo, contentos, cuando muchas veces os dan desprecio?”

Estas fueron las palabras de Santiago:

    - Todo el que crea que el Maestro no es Dios Hijo, mandado por Dios Padre, ya, palabras, yo no puedo darle. Nosotros estamos siempre dispuestos a hacer el Mando que nos manda. Y sin este Mando, ninguno queremos la vida del cuerpo. El Mando da alegría y alimento.

Fue terminar estas palabras y oírse un chillerío, diciendo: ¡El Maestro viene!

Dejaron sitio y se acercó el Maestro con estas Palabras:

    - Cuando os digan las palabras que os han dicho, “que ¿por qué vais siempre contentos?”, decid que no hay otra cosa que dé más alegría que las Palabras que mi Padre manda que Yo diga, por haber un Dios Padre Único, y un Dios Hijo. Y todas las Palabras que oigan de vosotros, son de Dios Espíritu, que es el Poder que mi Padre manda en Mí y Yo lo mando en vosotros. Ya, si piensan en el Reino de mi Padre, ven que es Gloria para todo el que la quiera.

Cuando terminó de decir estas Palabras, se vieron caras de dos maneras, unas contentas y otras queriendo pedir Perdón cuando al Maestro vieran, porque allí no hubo parada y con nosotros, los Discípulos, se fue.

 

Desperté, oí:

 

Ha sido el Mensaje una gran Enseñanza que Pedro, el Discípulo de Dios, ha contado.

Este Mensaje hablaba de las alegrías cuando tenías Mando de Dios.

Este Mensaje le va a los que al Elegido están unidos. Cuando les da Mando, no es suyo, es de Dios.

Cuando el Elegido recibe este Mando, pide a Dios la muerte antes que por no cumplirlo darle enfado.

Aquí el cansancio hay que despreciarlo y publicar gran cantidad de Libros.

Cuando se ve la gran cantidad de Libros que aquí hay escritos, se ve que esto no es de la Tierra.

Deja escrito que, al escribir este Mensaje, la mano corría más que el pensamiento.

Y deja escrito también, las pocas horas que duermes.

Justifica que Esto es de Dios, las pocas horas que el Elegido duerme y la alegría que este Elegido va repartiendo.

***

Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C2 

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