sábado, 18 de enero de 2025

Piensa más en Dios el que pecó y ya no peca

En Sueño Profético decían:

Piensa más en Dios el que pecó y ya no peca, que el que se cree que nunca pecó.

Dijo uno:

Esto lo vi yo cuando en mi vida de materia un licenciado en derecho era amigo mío y era un hombre justo, era un hombre bueno, tal vez un poco tibio. Éste, un día, me presentó a Agustín de Mónica, cuando ya estaba retirado del pecado, pues con éste tenía buen trato y siempre que nos juntábamos su tema era Agustín. Tanto me hablaba de él que lo conocí y mi trato y amistad no dejé. Este hombre tenía algo que nos faltaba a mi amigo y a mí también. Era ansiedad de hacer algo por Dios, de reconocer: “Lo hice mal y tengo que pagar, mientras viva, a Dios con bien”.

Este hombre siempre estaba con el nombre de Dios dentro de su mismo cuerpo. Cuando no le oías: “Este Dios que su Perdón me siento dentro”, lo veías Nombrarlo en acción, en buscar a los perdidos de Dios, en poner ejemplos que él había vivido.

Ya, mi amigo y yo tuvimos que decir, cuando más gente había oyéndolo, esta frase: “Piensa más en Dios el que pecó y ya no peca, que el que se cree que nunca pecó”.

 

Desperté, oí:

 

¡Qué palabras tan sencillas y qué poco escritas están!

Que cuando las lea el hombre las tiene que meditar.

Tal vez si el licenciado ni yo hubiéramos conocido a Agustín hoy no dictamos en Gloria.

El licenciado era justo y cumplidor en la Tierra, pero a Dios tenía lejos.

Decía “yo no hago mal y a días que de Dios no me acuerdo”.

Agustín fue pecador y a muchos metió en el Cielo.

El nombre de Dios se oía en sus labios o en sus hechos.

***

Libro 72 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo VII

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