En Sueño Profético yo decía:
“Señor, si no fuera porque Tú me traes Aquí,
no querría el sueño. Creo que me roba tiempo para lo que tengo que hacer”.
Ya no recuerdo ni
me dictan más palabras que fueran de mi voz.
Dijo uno:
Que camino con más
baches le pone el hombre al que Aquí trae Dios. A todo le dan reforma, menos a
este Camino de Dios. Aquí, el invento es querer anular al Instrumento con sus
grandes cargas de sufrir, pero Dios le va pudiendo a ese grande resistir que el
cuerpo le pone al espíritu para que no hablen de Aquí.
Desperté, oí:
Sufre el Elegido
cuando está preso en la carne, porque la carne quiere ocultar lo de Dios.
Por eso el Elegido
tiene sufrimiento al ver el poco interés que el hombre le tiene al espíritu.
Al ver que todo el
valor se lo pone a la materia.
Este espíritu
quisiera andar, andar sin descanso, porque cree que el descanso en él es una
pérdida.
Dios va llevando
este espíritu, la mayoría de las veces, sin que le estorbe la materia, por eso
el Elegido el descanso lo desprecia.
Porque el espíritu
manda que lo siga la materia, y no deja que le pueda lo que ahí, en la Tierra,
queda.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C1
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