En Sueño Profético decían:
Vive con Amor a Dios y pon a Dios
lo primero. Vive con Amor a Dios y ya Él te traerá a su Reino. El que no siente
este Amor, no puede poner a Dios lo primero.
Dijo uno:
Yo me sentía feliz cuando vivía
con cuerpo, porque sentía siempre a Dios a mi lado. Los amigos me decían: “yo
nunca te veo enfadado”. Y es que yo, cuando me levantaba, mi primera mirada era
para el Cielo y me salían estas palabras: “Te quiero, Señor”. Mándame, que eres
mi Dueño. Que todo lo que yo haga sea para dar ejemplo”. Esto, sin sentirlo, no
puedes aprenderlo. Porque el sentir te lleva a cumplir los Mandamientos.
El que cumple los Mandamientos
sin esfuerzo ni trabajo, Dios lo trae a su Gloria, porque al Prójimo está
entregado. Y es que es alegría el vivir siempre a Dios amando y quitándole el
sufrir que el que no ama Le da.
Desperté, oí:
Decían en la Gloria que en este
Caso se ve el Amor a Dios, que llama, busca y encuentra. Y ya, al encontrar, se
ofrece a Dios y Dios Mando le da.
Y ya ves una vida de entrega a
los demás.
Este es el Amor: el que te lleva,
te presenta y te premia.
Sintiendo este Amor ves la vida
de materia como pluma que voló.
Todo el que conozca este Caso y
lo siga con Amor, se le ve cambio en su cara y en su actuación.
El que pueda aquí ayudar y no
ayude, es porque no cree en esta Verdad.
Verdad que te abre las puertas de
la Gloria Celestial.
Si esta Verdad la cogieran como
la respiración, siempre pondría el “sí” y se guardarían el “no”.
Que el “no” hace sufrir al Mando
que manda Dios.
***
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C3
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