En Sueño Profético decían:
“El que cree en Mí te busca a ti. El que creyó a mis
Discípulos me buscó a Mí porque Yo pisaba la Tierra”.
Estas palabras fueron dichas por Dios Hijo en los
primeros Arrobos de esta Enseñanza.
Dijo uno:
También dijo Dios estas palabras:
“No se puede buscar el agua y dártela a beber y tú
despreciarla”.
Todas estas Enseñanzas son dichas por Dios al espíritu
arrobado para que ella publique y a ella busque el que tenga hambre de Dios.
Decir: “Yo sé donde Dios habla”, el que oiga esto y se quede indiferente
tenerle lástima.
Dijo otro con Mando para esta Enseñanza:
Se tienen que ver cosas grandes que chicas antes
fueron, y cosas chicas que grandes antes fueron. ¿Qué es grande si comparas lo
de Dios con ese suelo, que unas veces está empolvado, otras lo pisas como cieno
y otras veces vas tropezando como ciego que, sin Dios, las calles va cruzando?
Desperté, oí:
Tiene que vivir con peso el que pudo oír tu voz y no
la oyó por consejo.
¡Qué cierto que el que no busca a Dios, sabiendo donde
habla, no tiene hambre de Dios!
Ni piensa, porque el pensar se lo quita el poco Amor.
Donde Dios deja las Palabras es el mejor asesor para
el cuerpo y para el alma.
Aunque muchas Palabras que dijo y que hoy está
dictando sean escándalo.
Como: “Pon la otra mejilla”.
Esto es parar los golpes y enseñar como Él lo hacía.
Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII
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