En Sueño Profético se oían estas palabras:
Señor, contigo quiero todo, sin
Ti no quiero nada. Señor, por mucho que yo sufra, que no diga: “Señor, ¿por qué
me pasa este sufrir? Que si yo pensara esto, si sería sufrir”.
Dijo uno:
Estas palabras son de este
Elegido. Que antes de ser Elegido hizo siembra de paciencia; lo torcido lo puso
derecho; y a Dios cogió de Refugio para levantar al caído.
Amando, más fuerzas Dios te
manda. Que esto se ve en la vida de los Elegidos. No hay Elegido por Dios, que
el hombre no le haya dado grandes sufrimientos. Y es que son pocos los que
quieren saber de Dios en estos tiempos. Tiempos de cultura y crimen, de romper
los Mandamientos, que aquí entra todo lo que Dios le pide al hombre para que no
pierda su Reino.
El que el Amor de Dios sienta, ama
a los Mandamientos, porque piensa: “Si esto es Mando de Dios, ¿cómo yo lo voy a
romper o reformar?”.
Desperté, oí:
Si hay Amor, no rompes los
Mandamientos de Dios.
Los entras en tu espíritu, y tu
cuerpo va diciendo “soy de Dios”.
Pero, ¿cómo romper la Palabra de
Dios!
¡Hombres cultos, que deberían
poner estudios para enseñar las Palabras de Dios y de Satanás!
Que estos espíritus, de muchas
maneras, llevan a pecar.
La alegría, que vaya delante,
dando escándalo a lo que Dios hable.
Se ve la Fuerza de Dios en la
petición que vas haciendo.
Cuando no tengan remedio, tienen
que llorar los que pudieron hacer y no hicieron.
Que ya hay muchos que perdieron
el Cielo.
Aquí no llega la lástima, porque
ellos lo quisieron.
***
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C2
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