viernes, 2 de junio de 2023

Dios da Permitir

En Sueño Profético decían:

La Jerarquía de la Iglesia del lugar donde Esto está ocurriendo, debería mandar a la Cabeza de la Iglesia justificantes de este Caso, aunque hace tiempo que debía haberlo hecho. También tiene que pensar esta Jerarquía, que Dios ha querido que Esto pase donde ellos viven, y que esto ya es un premio. Si estudian esto, verán que lo hacen mal. Ellos son los que tienen que apartar a los que les molesta oír las Palabras de Dios.

Hablaban del pago tan malo que Dios recibía de una cosa tan grande como ésta, de la que no se puede describir la alegría que el cuerpo siente cuando la Palabra de Dios entra en tu espíritu. Cuando esto ocurre, te crecen las fuerzas de Dios. Estas fuerzas, al que le llegan, se le ven y se le notan.

Desperté, oí:

Si estas cosas que de Dios pasan, dando Mando, les pasaran a los hombres en la Tierra, con sus carreras u oficios formarían un gran escándalo, presentando lo que otros no podían hacer.

Pues esto justifica que el hombre defiende lo temporal y abandona lo que siempre es eterno.

Se oían en la Gloria estas Palabras:

El hombre debería presentar su cuerpo y dar sus palabras, diciendo que la Jerarquía de la Iglesia, en este Caso, no puede seguir así.

Dios da Permitir, pero este Permitir ya se ha terminado.

Si todos los que has llamado se presentan a la Jerarquía de la Iglesia, van a mover lo que Dios quiere que se mueva.

Ya, que su tiempo sea para cundir que Dios está ya más de 40 años arrobando un espíritu, y lo que le dice en la Gloria y después le dicta, en Libros se puede ver.

Lo más tuyo puede que un día diga lo que su espíritu siente.

Esto puede compararse con árbol tronchado, que cuando llega su tiempo, el árbol crece y se viste con hojas que luego dan más escándalo.

Y así más al árbol tienen que nombrarlo.

Antes de llegar el sueño, el pensar del Elegido era éste:

“Señor, si no me porto bien, te pido que me lo digas, pues yo te prometo que seré cada día mejor”.

Se veían en el Sueño a muchos, diciendo: “Señor, que me quite lo que me hace retirarme de Ti”.

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Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2

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