En
Sueño Profético decían:
La
Fuerza que llevas son los “Humos Divinos” que Dios te manda y no te dejan, y
que verás en los sitios donde tu mirada llegue.
Si no
vieras estos “Humos” –nombre éste para que se entienda–, te faltarían las
fuerzas, primero en el espíritu y después en el cuerpo.
Dios,
con estos “Humos”, le dio Documento que nadie puede tocar, ni quitar, por ser
sobrenatural. Si cierra los ojos, los sigue viendo. Son Palabra de Dios sin
sonido y sin visión para nadie.
Dijo
uno:
Si
esto lo creyeran, harían este pensar: “Yo no los veo, pero algo me llevaré
cuando esté cerca de ella”.
Si
estás al sol te pones moreno. Si está lloviendo, sales a la calle y cierras los
ojos, tú no ves llover, pero tú te mojas. Pues ya, si con el Elegido tienes
confianza, notas una Paz, aunque a ti Dios no te hable. Todo es querer
participar de lo que Dios manda.
Desperté,
oí:
Los “Humos”,
decían en la Gloria que eran Flotación Divina, y que donde fueran los “Humos”,
hacían presencia.
A este
Elegido, Dios le ha enseñado todos los caminos que pudieran llevarlo al engaño.
La Ilumina
cuando no son caminos de Dios.
Y le
aparta al que le da entrada a los espíritus que tienen fuerza mala.
Aquí
pueden ver que esto es Enseñanza.
El
hombre tiene esta Carrera Divina en abandono.
Y sin
embargo, habla de apariciones, de visiones, de éxtasis y de santidad. Que todo
esto puede ser verdad.
Pero
no es para hacer Libros de Enseñanza como está pasando aquí.
Ni su
cuerpo, como en el caso de este Elegido, es incansable en el Prójimo, porque
sabe que Dios allí le espera.
***
Libro 40 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C4
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