En Sueño Profético se oían palabras que, al pensarlas, veías que el
mando no era de la Tierra. Decían:
Si ven y estudian los caminos y
palabras del que Dios Aquí trae para Enseñanza, verán un Poder con fuerza. Un
Poder que no puedes dejar de hacer lo que te llega al pensamiento. Estos
pensamientos le hacen daño al que no quiere que Esto forme gran escándalo. Que
aquí gana el bien, y se pisan a los espíritus malos.
Dijo el Mando de Dios en un
espíritu:
Si Dios elige, es para que vaya
el Elegido buscando cuerpos enfermos y espíritus. Y ya, el pecador, si
desprecia el pecado que hizo y piensa en Dios, también, si va el Elegido a
buscarlo, contenta a Dios. Pues si esto lo hace el Elegido, ¿cómo no va a
cumplir esta Ley de Dios?
Dios ilumina y le concede
peticiones al Elegido. Que esto lo saben los enfermos: que cuando el Elegido va
a verlos, algo se notan.
Desperté, oí:
Estas Enseñanzas deberían ya
estar por todo el mundo.
Cuando Dios elige, sabe cómo
tiene que mandar el que elige.
Igual que a él le mandan, él
repite.
Que este Mando es para cumplir
estas Palabras que bajan del Cielo.
Y es sencillo hacerlo. Tan sólo
hay que decir: “Señor, yo hago lo que Tú quieras”.
***
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C6
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