En Sueño Profético decían:
Enseña el Amor de Dios,
a amar a Dios.
Enseña el Amor de Dios,
porque Amor es Fuerza y Mando.
Esta Fuerza y este Amor,
ya te van reformando,
y tu entrega es a Dios
y nunca te ves cansado.
Siempre querrás hacer más
por el que veas desviado,
que esto es amar a Dios
y juntar el rebaño.
Que este nombre de rebaño y Pastor
fue por Dios puesto.
Y Él enseñó a ser pastor e ir buscando
al que de Él más necesitaba
para entrarlo en el rebaño.
Dijo Jesús a los Discípulos:
“El que más cunda que soy Dios Hijo y el que más quite de vivir pecado, más fuerza le mandará mi Padre en mis Palabras, para que al usarlas vea que son dichas antes en el Cielo. No hay quien crea que soy Dios, y no note algo por dentro”.
“Cundid sin descanso que Yo estoy con vosotros, y no habrá distancia, ni hoy que estoy con Cuerpo, ni luego cuando cumpla mi tiempo y Me vaya al Padre con Cuerpo”.
Desperté, oí:
Sigue estas mismas Palabras
y hazte discípulo
de la Palabra de Dios.
Que Él dejó dicho a los hombres
que no habría distancia,
porque su Espíritu
lo mandaría a la Tierra,
a vivir entre el hombre.
Ya, el que diga estas Palabras,
las dice Dios en él,
y ya es vivir en el hombre.
De Aquí sale el Amor con las Palabras,
y detenerlas no pueden.
Dios manda fuerza a los hombres
que van cundiendo su Nombre.
***
Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Cierre de Libro
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