En Sueño Profético decían:
Cayendo el Mensaje en sitio que sea bien desgranado, esto tiene una gran ventaja.
La Palabra de Dios no puede quedar ahogada. El hombre encierra la Palabra, pero como Dios que es, no le interrumpen las puertas.
Los cierres están hechos para el hombre, pero no para Dios. Por eso, cuando Dios habla, es para comunicarlo, hablarlo y gritarlo. Gritarlo, porque al querer ocultar este Poder Inmenso, este Poder grita, y este grito que no es grito, que es Poder Infinito, no puede obedecer al hombre.
Dios Hijo, Hombre, y por consiguiente Profeta, tuvo a más en contra, por no callar lo que el Padre le decía que no callara. Salieron miles y miles de fariseos, hubo separación de familias, apartaba a los que no querían oírlo, y oía las ofensas con sentencias. Pero la Palabra que el Padre Le daba, ésta, Él comunicaba. El Profeta no puede callar, y el que silencio aquí quisiera poner, mal informado está de este Inmenso Dios. Si Dios viviera otra vez de Hombre y Profeta, otra vez Lo matarían, porque este Dios no callaría.
Desperté, oí:
Dios quiere que se hable de Él en presente.
Si el hombre supiera que tiene que entregar cuentas como el recaudador, llevaría más limpia la administración.
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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C2
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