En Sueño Profético decían:
Si crees en Dios, no dudas lo que de Él venga.
Si crees en Dios, notas si está su Presencia donde Palabras dejó.
Si crees en Dios, sabes que el mundo Él lo hizo, fue Creador y Constructor. Todo fue hecho en Espíritu sin Cuerpo.
Si haces este pensar, verás grande y fácil que su Palabra hiciera Carne y Virgen quedara el Lugar que Dios cogió para hacerse Hombre.
Si crees en Dios, lo crees todo. Y si no crees, haz por querer creer, buscando dónde Dios da sus Poderes, y di: “Señor, yo quiero creer”.
En este “yo quiero”, ya responde Él.
Dijo uno:
Extrañaba más conocer a Dios Hombre y no seguirlo ni amarlo, que el no querer conocerlo. El querer conocerlo puede empujar la curiosidad sin haber recibido provecho. El conocerlo, si recibía su Amor, ya era Libertad y quedar preso. El que Lo conoció y no Lo siguió, puso, en el sitio del Amor, el desprecio.
Desperté, oí:
Extrañaba oír el “no” al que le decían: “¿Quieres venir a conocer a Jesús de Galilea, el Salvador de los hombres?”.
Pero era peor la pena de ver al que Él le dio Amor y no Lo siguió.
El que Le decía “mándame lo que quieras, que yo lo hago”, en estas palabras correspondía al Amor que Dios le estaba dando.
Tenía glorias para Dios y enseñanza para ir dejando estas Palabras que aquí repite el dictado. Y aceptaba sin saber el Mando:
“Mándame lo que quieras, que yo lo hago”.
Aquí le mandaba el Amor antes de que no fuera aceptado.
Éstos son los que, con Mando de Dios, siguen hoy en su Gloria dictando.
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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C2
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