En Sueño Profético decían:
¡Cuándo se dará cuenta el hombre de que él no es dueño de la vida de su cuerpo!
¡Cuándo pensará que su cuerpo, él no sabe cuando lo va a enterrar, ni dónde va a ir aquello que él tanto cuido le da!
¡Cuándo se va a mentalizar el hombre que, en llanto o en risa, puede la vida del cuerpo acabar!
Que hay veces que avisa, con años o enfermedad. Pero hay mayoría enterrados sin avisar.
El hombre, mientras sus pies pisan la Tierra, es cuando debe a Dios buscar, que si Lo busca Lo encuentra. Pero tiene que poner el espíritu en preferencia, y vivir lo que Dios manda, obligando a su materia.
Desperté, oí:
Si tu espíritu está con Dios,
Lo busca o quiere buscarlo,
tu cuerpo no puede hacer nada malo.
El cuerpo es el mayor enemigo de Dios.
El cuerpo sin creer en Dios,
o creyendo y no amando,
no sólo él se condena,
condena el sitio al que va llegando.
¡Cómo no pondrá el hombre
la primera enseñanza al espíritu
y después a la materia!
El edifico se empieza por los cimientos,
y al final la chimenea.
El hombre tiene que empezar
poniendo a Dios primero
y después al espíritu enseñar.
Que de lo que haga su cuerpo,
él las cuentas a Dios tiene que dar.
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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C3
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