viernes, 7 de enero de 2022

Si tienes un sufrimiento, no te retires de Dios

En Sueño Profético hablaban del sufrimiento. Decían:

Si tienes un sufrimiento, por grande que sea, no te retires de Dios. Porque si estás retirado, tu sufrimiento será mayor. Y ya nadie te lo quitará. Entonces es cuando es sufrir, porque acampa en ti la desesperación, y el consejo que ésta te da es que culpes a Dios y que cojas los caminos del pecado. Éstos son los sufrimientos en los que no puedes ayudar, porque no admiten el consejo del que a Dios ama.

Por eso, el que Dios trae a su Gloria y le da esta Enseñanza, tiene poder para hacer que en el sufrimiento, al que le llegue, más se acerque a Dios y más Lo adore. Y entonces ve que Dios no quiere el sufrimiento para los que a Él quieren. Y les busca sitios donde les den Paz y los retiren del mal pensar.

Dijo uno:

El sufrimiento sin Dios es vivir en barranco, en medio de la montaña, con las piernas rotas y sin poder gritar. Esto lo decía mi madre cuando veía que en el sufrimiento, de Dios se retiraban. Ella sufrió mucho, y sus palabras consolaban. En todo lo que iba a hacer, con Dios contaba. Si le salía bien, daba las gracias; y si le salía mal, decía: “Señor, si este sufrir iba a llegarle a uno que Te ofendiera, déjamelo a mí, que yo sé que contigo no llega el sufrir”.     

Desperté, oí:

Esta mujer, su espíritu, tenía contacto con Dios, porque el sufrimiento la acercó.

El marido murió ciego, y tres hijos chicos le quedaron.

La familia no creía en Dios, y le empujaban al pecado.

Cuando más sufría era cuando le decían: “Si Dios te quisiera, no te haría sufrir”.

Pero con fuerza le salían las palabras:

“Yo sé que Dios no me deja. De mi sufrir él se encarga.

¡Si esta vida es un viaje corto!

Mis hijos han cogido mis costumbres, y por la noche y la mañana a Dios Lo llaman”.

Por la noche eran estás sus palabras: “Señor, mañana quiero tu Compaña”.

Y por la mañana, al levantarse, era parecido, pero con otras palabras:

“Señor, quiero quererte más que a mi familia, que los oigo cuando Te ofenden”.

Esta mujer amaba tanto en el sufrimiento, que Dios la premia criándole a los hijos sanos.

Y luego, de mayores, los llaman en grandes sitios para darles cargos, que les sobraba el jornal y al pueblo escandalizaban.

***

Libro 40 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C6

1 comentario:

  1. Así paga Dios al amor sentido y practicado.
    Nunca deja Dios a nadie que con amor lo llame. Dios y Padre. ¿Que mejor Padre se puede pedir?

    ResponderEliminar