En Sueño Profético hablaban del Permitir de Dios. Decían que Dios
permitía para dejar al descubierto al que quería engañar para coger cargo en la
Iglesia y que ya fueran a buscarlo como santo.
Sigue el Mando de Dios en un
espíritu de su Gloria:
El Permitir de Dios, si a Dios
amas cada día más y con más ganas, lo desprecias, porque este Permitir, la
mayoría de las veces, el hombre lo utiliza para pecar. También es Permitir de
Dios el que haya hombres que tengan gran capital, sabiendo éstos que otros
mueren de hambre por no tener para comprar comida barata. Son también Permitir
de Dios las guerras y que el hombre pague instrumentos para llenar los campos
de hombres matados.
El que ama a Dios y le llega Permitir,
mira al Cielo, y aunque vea una grandeza, si ésta no es de Dios, pisada y en
abandono queda.
En este Caso, que hoy no hay
otro, Dios deja su Permitir a los que más les pertenece, que son la Iglesia y
los Representes de sus Palabras.
Si Dios no permitiera, el que no
cumpliera los Mandamientos, no podría pisar la Tierra. Pero el Permitir de Dios
es para no entrar sin querer en la Gloria. Si Dios no permitiera, no habría
perdonados cuando el Perdón pidieran.
Desperté, oí:
Hablaban en la Gloria, del Permitir
de Dios.
Decían, que si no hubiera
Permitir, el bueno sería bueno engañando.
Y ya la Gloria no podría tener
este nombre.
Cuantos más prólogos de obispos
tengan estos Libros, más tendrán que callar y mirar al Cielo.
A Dios Hijo, con tierra, su Cuerpo
taparon. Pero el Poder de Dios dio alegría y Resurrección.
Termina el Mensaje con estas
palabras: “Todo el que con sus palabras haya ofendido al Elegido, ya tiene su
sitio en el Infierno”.
Éstas son ofensas pensadas y
meditadas, para hacerle gran daño al que dice “Dios me habla”.
Al que Dios le habla, sin Amor a
Dios, es difícil decirle sí al sí que él diga, y no al no.
El Saber del Elegido, deben
comprender que no es saber de libros, es saber para Libros hacer.
Este Saber, deben comprender que
baja de la Academia Divina, que su sitio está en la Gloria.
Repetían en la Gloria muchas
palabras, pero sólo para que queden en la memoria.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C4
Más grande no puede ser la Enseñanza que da Dios en estas Palabras.
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