En Sueño Profético decían:
Las pocas horas de sueño son un justificante grande
para hacer pensar que aquí actúa el Poder del Cielo. Que esto es gran título
para que lo comparen con otros cuerpos: que durmiendo sólo dos horas, dé tanto
rendimiento el cuerpo. Que con esto, el que Dios le da Mando, hace
comparaciones con otros que se quejan porque en una noche fue corto el sueño.
Dijo uno:
Si copiaran esta vida, tendrían que decir
públicamente: “Aquí Dios manda Poder en todo, y el que quiera lo puede ver”. El
cansancio se cansa, y el cuerpo sigue sin que nadie note nada. Jamás el Elegido
se negó si su presencia hacía falta. Las injusticias no las oye. Su Paciencia
da Paz y no deja de hablar de estos Mensajes, y el que los oye se premia.
Este Caso tendría que estar ya en todos los sitios de Enseñanza, y primero en el lugar que pasando está. Ya que Dios en este sitio ha elegido al Instrumento para traerlo a su Gloria. Igual que Dios Padre eligió Israel para que Dios Hijo viviera con el hombre y que este sitio fuera nombrado por todas las lenguas.
Desperté, oí:
Dios elige, y el hombre debería responder en el sitio
que elige y dar a conocer en todo el mundo estos Mensajes.
Decían en la Gloria que con el justificante del sueño
nadie podría decir –como no actuara Dios– “a mí me pasa igual”.
Ni tampoco pueden dormir estas pocas horas, ni
presentar un arrobo dictado en la Gloria.
Se ve que esto es de Dios por el desprecio que dan
donde actúa Dios.
En la Tierra premian a uno que escarbando saque una
moneda, o que en la cultura coja enseñanza de pecado.
Y le dan el nombre de profesor del adelanto, cultura y
progreso.
Pues el que dé esa enseñanza tiene perdido este Reino
que Dios le tiene prometido al que enseñe y practique sus Mandamientos.
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Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C4
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