En Sueño Profético decían:
Los sufrimientos que te
lleguen déjalos en la Tierra y coge estas alegrías de la Gloria, que éstas son
Eternas. Que esto se ve en los espíritus que Dios manda al que tiene elegido
para que dé esta Enseñanza, que Dios en su Gloria la dice.
Los sufrimientos según donde
caigan son grandes o pequeños. Si tu espíritu y tu cuerpo está entregado a
Dios, a más sufrir te llegue, más sientes este poder con grande Amor y con
fuerzas para abrazar todo lo que permita Dios.
Dijo un espíritu de la
Gloria:
A más ames a Dios, más te
siguen para ver si tu Amor es como el que tiene el que Dios manda con Palabras.
El vivir del Elegido es un vivir de alegrías y de sufrimientos para enseñar
mientras esté el cuerpo en la Tierra.
Decían que el Amor de Dios
tiene una gran fuerza para retirar los sufrimientos que llegan.
La presencia de este Elegido
es pregonando alegrías y comparando tu sufrimiento con el de la Madre de Dios
Virgen. Pues, haciendo esta comparación queda tu sufrimiento como papel mojado,
como pluma que ves volando.
Si el que ama a Dios tiene su cuerpo al servicio de Dios le ves su poder en lo que diga o haga, con una fuerza que tú quisieras copiar su recibir y enseñar para quitar los sufrimientos.
Desperté, oí:
Todo el Arrobo era hablando
y enseñando de cómo recibir los sufrimientos, siguiendo y queriendo más a Dios.
La carne que Dios me unió
estaba en su despacho, con su cuerpo y su traje normal, como cuando copiaba los
Mensajes. Y estas palabras dijo:
– Ana, yo quiero que te cuides, que te cuides, que tu
cuerpo le hace falta a tu espíritu para publicar la Obra que estás haciendo,
que es Mando de Dios.
***
Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
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