En Sueño Profético
hablaban de los tiempos que tiene un Elegido por Dios. Decían:
Un día, yendo
con Dios Hombre por un camino en el campo, sucio y con aspecto de pasar muchos
transeúntes, se paró el Maestro y dijo:
“En este camino di un día la Enseñanza con una moneda
que había en el suelo, y hoy la repito para que vosotros os quedéis con la
Enseñanza cuando Yo falte y hablen mis Elegidos”.
Pasando varios días por este camino vi una moneda de gran valor en el suelo, llena de polvo un día y otro llena de barro. Pues no la cogían los transeúntes por no saber su valor, por estar en este camino tan sucio, por donde pasa todo el transeúnte protestando. Hice retirar lo sucio y uno que venía detrás vio la misma moneda con el valor que tenía, y le dije: “Vuelve el camino y pregunta si es de alguien la moneda y verás que no saldrá amo que quitártela pueda. Sí le oirás a muchos decir: “Yo vi la moneda, pero la tomé por falsa. ¿Quién va a llevar en esta suciedad esas monedas? El que las tenga cogerá otro camino”. Como esta respuesta oirás muchas. Luego vendrán caravanas a buscar monedas, pero ya no encontrarán ni al Maestro ni la moneda”.
Desperté, oí:
¡Qué
Enseñanza dio el Maestro comparando la moneda con el Elegido y el camino,
suciedad del pecado!
¡Qué cierto
que al Elegido lo tratan como moneda que no sirve para nada!
Hasta que
Dios quite lo oscuro y mande el resplandor para que vean valor a lo que
desprecia el hombre.
Luego verán
caravanas buscando lo que dejaron por no darle su valor, porque les faltaba
tiempo o por vivir en desgana.
Es trabajoso
y penoso bajar del Cielo a la Tierra las Palabras que Dios dice para que el
pecado muera.
***
Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C6
No hay comentarios:
Publicar un comentario